La población de Iztacalco (más antigua que la misma Tenochtitlan) fue fundada en 1309, era un importante puerto de tránsito para las canoas y trajineras que surcaban el Canal de la Viga para proveer de alimentos a la ciudad de México. Su conformación urbana original, a base de chinampas y canales de agua, se traduce hoy en día en sus calles y estrechos callejones de trazo irregular.
De igual forma, como muchas culturas de nuestro país, Iztacalco posee su propia gastronomía que a través de los años se ha preservado en esta demarcación.
Como cada año, durante el Festival Cultural de los 7 Barrios y del Pueblo de Santa Anita, se lleva a cabo una muestra gastronómica de los platillos típicos de esta demarcación.
Se conservan recetas que nos hablan de su antigua vida chinampera: el pato totopaguas, los tamales de ancas de rana, de garbanzo, de acelga, de menudencias de pollo y el afamado curado de ostión, que hasta hace poco se podía beber en las pulquerías Los hombres sin miedo y La india bonita.
El caldo chinampero es un exquisito platillo iztacalquense, el cual es preparado con verdolagas, nopales, flor de calabaza, carne de cerdo y se condimenta con salsa verde preparada con tomate. Este platillo hace alusión a que en Iztacalco nació entre chinampas.
Los tamales también son tradicionales en esta demarcación y los tamales canarios es uno de ellos.